La niña pasaba los fines de semana en la casa del depravado,
situada sobre la ruta provincial 103, en inmediaciones del Complejo turístico
Salto Berrondo de Oberá.
La denuncia fue radicada por una hermana mayor de la
criatura, quien años atrás habría padecido el mismo infierno. Pero éstas no
fueron las únicas víctimas, ya que el año pasado otra hermana -la que
actualmente tiene 17 años- logró escapar de las garras del degenerado y volvió
a la chacra, donde formó pareja y espera su primer hijo.
La chica también habría sido entregada por sus propios
padres al mismo sujeto de 67 años, quien buscaba a las menores de la casa
paterna, ubicada en Colonia Tapui, a unos tres kilómetros del casco urbano de
Campo Ramón.
Luego del escape de la primera, no tardó en recuperar su
“inversión”, ya que al poco tiempo logró convencer a los progenitores para que
le entreguen a la más pequeña de las niñas.
Le llevó regalos y golosinas, le compró ropa, calzados y
hasta útiles. La niña primero extrañaba a su familia, pero su madre habría sido
quien la convenció para que vaya con Ramón R.
Su mente infantil y un entorno propicio para la promiscuidad
hicieron el resto. Incluso, en su cuenta de Facebook el sexagenario se jactaba
de que la nenita era su “novia”.
Esta situación fue el límite tolerado por la hermana mayor,
quien radicó la denuncia que derivó en la detención de Ramón R. y de los padres
de la criatura, identificados como Irene B. (54) y Beato L. (55). La pareja
tiene ocho hijos.
Desde hace seis días, los citados están detenidos en
diferentes comisarías de Oberá acusados de los delitos de “facilitación y
promoción a la corrupción de menores, corrupción de menores y amenazas”.
Testimonio del horror
Ayer, en diálogo con El Territorio, una de las hermanas
mayores relató los pesares que vivieron en su propia casa y confirmó que la
madre era quien imponía las condiciones y decidía el precio de sus hijas.
“Mi papá es
analfabeto, no entiende mucho, pero igual sabía lo que pasaba. Mi mamá es la
que mandaba en todo y lo tenía amenazado a él. Siempre le decía que no cuente
nada porque sino, ella se iba de la casa”, relató.
Golpeada por la situación vivida, confirmó que la niña de 11
años no está embarazada, como se temió en un primer momento. “Tenía una
infección urinaria, pero gracias a Dios no está embarazada. Le hicieron todos
los análisis y ahora tenemos que empezar a llevarle al psicólogo”, detalló.
Consultada al respecto, precisó que la denuncia indica que
en el año pasado sus padres cedieron al mismo depravado a una hermana que
entonces tenía 16 años.
Al respecto, reconoció que “le daban para abuse de ellas,
que haga lo que quiera. A cambio le daba plata y mercadería, pero su hermana se
escapó y entonces le entregaron a la menor de 11”.
“Yo me enteré y
enfrenté a mí mamá, pero ella me dijo que no me meta porque ellos le dieron
permiso para que sea la mujer del viejo. Aparte, dijo que si le denunciaba me
iba a matar a mí y a mis hermanas”, puntualizó.
Para completar el cuadro desolador, que incluye a los dos
padres presos, actualmente la familia atraviesa una difícil situación por la
enfermedad de C. (19), otra de las hermanas, quien está en terapia intensiva en
el hospital Samic con una enfermedad infecciosa. Tampoco se descarta que su mal
sea una secuela de los abusos padecidos en el pasado. La joven tiene tres
hijas, de 2 a 5 años, y vivía con sus padres.