La Nación: Resiliencia: el camino a seguir para superar situaciones adversas y cuatro historias inspiradoras
03/11/2024
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Aunque parezca imposible, con un profundo trabajo de introspección y reprocesamiento de lo vivido, se puede recuperar la felicidad luego de atravesar situaciones traumáticas
“Todos, en alguna medida, hemos pasado alguna vez en nuestras vidas por momentos duros. Y la vida es eso… adversidad permanenteâ€, sintetiza Josho Campillay fundador de Grupo Email multimedios y autor de “NacÆcuando mi hijo murió. Según sus palabras, las personas acostumbran a pasar dÃas, meses y hasta años buscando la felicidad, sin percatarse de que aquello que persiguen –de manera inalcanzable– se construye con la suma de millones de momentos dichosos, que muchas veces dejan pasar. “Hoy soy un hombre que ama la vida y que valora hasta lo más Ãnfimo porque aprendà que de todo lo difÃcil surgen grandes cosasâ€, enfatiza.En su caso, el fallecimiento de su hijo AgustÃn le permitió crecer, aprender y madurar en aspectos de la vida que –reconoce– jamás se hubiera imaginado. Luego de años de tanto dolor considera que en su nueva realidad familiar el amor y lo positivo pasaron a transformarse en un estilo de vida, dejando de lado lo triste y negativo. “Reemplazamos toda destrucción por construcción; lo triste por lo que nos produce alegrÃaâ€.La adversidad, con su manera implacable e impredecible, abre caminos de vida complejos de transitar e incluso, para ciertas personas se puede llegar a volver insuperable y cruel. La historia de Josho evoluciona en una crónica de lo que es la resiliencia; una habilidad descrita por la Real Academia Española como “la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversosâ€.Es cuando uno se encuentra inmerso en momentos de dificultad que se esconde una verdad profunda: la adversidad no es una barrera, sino un catalizador del crecimiento, un maestro de resiliencia, un revelador de la fuerza que reside en lo más profundo del espÃritu humano. Pero aprender y transitar un dolor de gran calibre no es una tarea asequible ni llevadera. PodrÃa ilustrarse como un espejo psÃquico de cómo se siente quien parándose al pie de una gran montaña ve su cima envuelta en niebla. Se presenta como un desafÃo insuperable, intimidante y, por sobre todas las cosas, lleno de obstáculos que invitan a desistir.“Mi vida cambió con la llegada de cada uno de mis hijos, pero la pérdida de uno la transformó por completo. Hablar de esto es difÃcil, pero peor es tenerlo guardadoâ€, dice Campillay sobre el acontecimiento que le dejarÃa una herida abierta de por vida. Con el paso del tiempo y un profundo autoconocimiento constató que la felicidad puede matizarse con pequeños momentos de tristeza y angustia. “La familia, los amigos y los compañeros de trabajo fueron fundamentales para seguir el camino de la vida. Pero hubo algo que literalmente nos salvó a mi esposa y a mÃ: transformar el pensamiento negativo sobre lo que le ocurrió a nuestro hijoâ€.El ‘viaje’ hacia esa cima no promete ser fácil, pero sà asegura ser transformador. “Fueron años de pensamientos que podrÃan haberme llevado a vivir toda una vida dentro de las paredes de la locuraâ€, señala. Pero cita algunos elementos que cumplieron un rol vital en su proceso de resiliencia: en primer lugar, el deseo de poder darles una familia consolidada a Abril y Ezequiel, sus otros hijos; también lo catártico que fue poner por escrito su historia cuando parecÃa que el mundo se hundÃa bajo sus pies; el tercer punto que destaca es la fe, descrita por él como “el escudo que repele los miedos, el combustible del corazón y la virtud más grande. “Es la palabra más pequeña de nuestro idioma, pero también la más poderosaâ€, dice.Bruce Lipton revela el poder de la mente para reprogramar el destino biológicoCada paso hacia adelante es un paso hacia lo desconocido, una prueba de resistencia y un testimonio de voluntad. A pesar de sus senderos empinados y obstáculos imprevistos, en la cima de la montaña uno se encuentra con una nueva forma de ser y ver la vida, casi como si se tratase de una persona diferente de la que emprendió el camino.“La capacidad de anteponerse a las adversidades es algo que uno va construyendo con mucho trabajo internoâ€, recalca la licenciada en psicotraumatologÃa, Ailen Lescano (M.N. 49931). Según explica, el obstáculo en sà mismo no es lo que convierte a una persona en resiliente sino el reprocesamiento y la forma de catalizar ese evento lo que le otorga fortaleza. “Implica un grado más profundo de aprendizaje sobre los eventos sucedidos y sobre uno mismo respecto de esos acontecimientosâ€, agrega.Adaptación al cambioDesde el siglo XIX hasta la actualidad, el término resiliencia se utiliza en el ámbito de la fÃsica para describir la capacidad que tienen los materiales para resistir un impacto sin llegar a romperse. Fue recién a partir de 1950 que tuvo sus primeras apariciones en la psicologÃa, consolidándose en los estudios del psicólogo Norman Garmezy y el psiquiatra Michael Rutter sobre la capacidad que tenÃan algunos niños para afrontar situaciones traumáticas.Rutter definÃa esta habilidad como “un fenómeno manifestado por personas que evolucionan favorablemente, habiendo sido vÃctimas de estrés que, para la población general, comprenderÃa un riesgo serio con consecuencias gravesâ€. Lescano añade: “No existe volver a un estado original una vez que el suceso traumático sucedió porque eso marcó a la persona para siempre. Lo que se vuelve posible es ser feliz de otra manera, porque de la forma que se era ya no se puede serâ€.A partir de su intromisión en la psicologÃa, la resiliencia se convirtió en un término popular, diario y copioso. El fenómeno se puede ver reflejado en la curva ascendente de búsquedas en Google que tiene la palabra tanto en español como en inglés en la última década.Laura Messina (M.N. 43441), psicoanalista de adultos, señala que la popularidad de la resiliencia lleva a que se la confunda con otros términos. “No es un duelo, no es sobreadaptación, tampoco lo es volver a un estado anterior ni resignarseâ€, declara.No se trata de una cualidad mágica, es un esfuerzo mental que se hace para trascender las dificultades. Vale destacar que algunas personas pueden ser más resilientes que otras debido a la genética y otros factores como los determinantes sociales. “El contexto social y familiar influyen indudablemente en un individuo, sobre todo cuando se le permite poner lo que siente en palabrasâ€, dice Messina y agrega: “La posibilidad de pasar el hecho por el verbo y de escucharse exteriorizándolo hace que el evento no quede coagulado haciendo sÃntomasâ€.En adición, Lescano informa que hoy en dÃa se sabe con certeza que la genética es un componente relevante en esta capacidad de transformación. “El cerebro que se gesta dentro del vientre materno va a tener o tender a las mismas condiciones de sus progenitores ya sea que estos tuvieran una alarma frente a eventos traumáticos y pudieran ‘salir a flote’ como también si carecieron de recursos internos para solventarse en esa realidadâ€, indica. No obstante, ambas profesionales coinciden en que se trata de tendencias que es posible modificar en espacios terapéuticos indicados o con especialistas en la materia.Los cuatro hábitos que llevaron a Bernard Arnault a convertirse en el hombre más rico del mundoLa valentÃa de empezar de nuevoNahuel siempre soñó con tener una oportunidad laboral en el extranjero, pero nadie le advirtió sobre la otra cara de la moneda: los desafÃos que pondrÃan a prueba su capacidad de adaptación y fortaleza. “Cuando tomé la decisión de irme a Suiza por trabajo, no pensé que la experiencia pondrÃa en jaque toda mi existenciaâ€, reconoce el joven que ya lleva cuatro años viviendo en Berna. “Buscaba algo nuevo y una oferta laboral me pareció una buena excusa para darle un giro a mi vida. Pero la realidad me dio un primer cachetazo cuando puse un pie en el aeropuerto, con todas las señales en un idioma que parece un trabalenguas y dándome cuenta de que ya no habÃa vuelta atrásâ€, cuenta.Además del idioma, otros obstáculos fueron la cultura y la soledad. “En la Argentina yo tenÃa a amigos y familia cerca; acá a nadie y los compañeros del trabajo eran frÃos y distantes. Con el paso de las semanas me volvà ermitaño, solo salÃa de casa para trabajar y comprar comidaâ€, recuerda sobre la antÃtesis del Nahuel que vivÃa en Buenos Aires.Era espectador de su propia vida, estaba bajo presión en un trabajo que no disfrutaba y se arrepentÃa de las decisiones que habÃa tomado. Asà comenzaron las noches de insomnio, la sensación de ahogo y el llanto recurrente. “Me sentÃa totalmente fuera de lugar, no sabÃa ni dónde estaba parado. Si mi familia no me hubiese puesto un freno me volvÃa en el primer aviónâ€, relata. Le hicieron una intervención familiar por videollamada en la que le recordaron los motivos por los que él mismo decidió emprender aquella aventura, lo satisfecho que se sentirÃa al superar el periodo de crisis y que, a pesar de la distancia, siempre contaba con ellos.“Ahà fue cuando empecé a sentirme mejor y con varias sesiones de terapia online de por medio, me puse a estudiar el idioma, sumarme a actividades –aunque no conociera a nadie– y de a poco, me fui sintiendo parte de algoâ€, explica. Ahora, después de un par de años ‘peleándola’ se siente pleno con el cambio de vida. “Aprendà a valorar cosas que antes daba por sentado y a lidiar con la incertidumbre y la incomodidad de estar lejos de lo conocido. Me hice más fuerte. No sé si me voy a quedar acá toda la vida, pero sà sé que puedo con cualquier cosa por más imposible que se veaâ€, concluye.Romper el cÃrculoUna referente en esta cuestión es Vanesa Fernández, mamá de Iván y Pedro, que decidió escribir el libro Revertir con motivo de transformar su pasado tormentoso por un presente que, aún con cicatrices y heridas abiertas, brilla en el encuentro con el otro.“En mi casa no habÃa olor a hogar y la impresión que pronto algo iba a cambiar era cotidiana, como si las cosas pendieran de un hiloâ€, rememora.A sus seis años sus papás se divorciaron y el acontecimiento marcarÃa un antes y un después en su vida. La persona que “la escupió al mundo†–según sus propias palabras– se convertirÃa en una enemiga que la someterÃa a maltratos de todo tipo. “Con ella aprendà a estar siempre esperando lo peor. Mis dÃas transcurrÃan llenos de miedos y tristezaâ€, describe. Era manipulada fÃsica y psicológicamente por su progenitora. ¿Cómo podÃa una niña entender que aquello a lo que estaba sometida no era lo común? Uno de los mecanismos de defensa u adaptación que le surgieron fue el de transformar su realidad en un juego. “Mi mente inventaba historias y asà los dÃas iban pasandoâ€, dice a la par que brinda como ejemplo el momento en el que volvÃa de la escuela y su progenitora la dejaba por horas afuera sin abrirle la puerta de la casa. “Jugaba a contar las baldosas, a adivinar cuánto tiempo tardarÃa el ascensor en llegar a un piso, a subir y bajar escaleras y en ocasiones me ponÃa a hacer la tarea ahà sola parándome constantemente para volver a prender la luz del pasillo que tras unos minutos se apagabaâ€, detalla.Lo que llevaba normalizado fue perdiendo validez, especialmente cuando visitaba a sus amigas y veÃa que el trato y la relación con sus madres era totalmente diferente: “Fui aprendiendo que existÃan mamás buenasâ€, destaca. Aquellas, le daban esperanza y fuerza para salir adelante. “Yo soñaba mucho y eso me hacÃa ilusión. Me imaginaba que serÃa una actriz o cantante y que tendrÃa una gran familia en algún momentoâ€, indica respecto de la habilidad creativa que la ayudó a sobrevivir.Cita a su esposo, padre, abuela, amigas, mamás de amigas y terapeutas como los ángeles que llegaron a su vida para rescatarla. Hoy, resiliente y distanciada de quien le causó tanto dolor, elije revertir y no repetir la misma historia con sus hijos.“Las capacidades que subyacen a la resiliencia pueden fortalecerse a cualquier edadâ€, se detalla en la GuÃa de resiliencia publicada por el Centro del Niño en Desarrollo de la Universidad de Harvard. “Ciertas actividades pueden mejorar significativamente las probabilidades de que un individuo se recupere de experiencias que le provocan estrés. Por ejemplo, el ejercicio fÃsico, las prácticas de reducción del estrés y los programas que desarrollan activamente la función ejecutiva y las habilidades de autorregulación pueden mejorar las capacidades de niños y adultos para afrontar, adaptarse e incluso prevenir la adversidadâ€, figura en el escrito.Lescano añade que actualmente se aconseja trabajar la capacidad de resiliencia en terapias de reprocesamiento de traumas, de sistemas de familia interna o brainspotting, que –asegura– “están basadas en la evidencia para el reprocesamiento y la transformación de situaciones traumáticasâ€.A la par, reconoce que varios casos de resiliencia fueron inspirados por lecturas, principalmente, aquellas que cuentan historias sobre cómo superar duelos o afrontar experiencias adversas. “Todo lo vinculado a la estimulación auditiva y a la relajación invita a la persona a volver a la ventana de tolerancia de las sensaciones y no buscar exacerbar las experiencias pasadasâ€, explica.Un equipo de psicólogos de la Universidad Autónoma de Madrid identificó algunos factores que favorecen que las personas se adapten razonablemente bien cuando se enfrentan a situaciones extremas de estrés y adversidad.El estudio, publicado en la revista Journal of Happiness Studies, fue realizado con 171 adultos de entre 18 y 87 años, quienes habÃan vivido situaciones difÃciles: una separación, perder el empleo, la muerte de un ser querido o el embargo de la casa. En las conclusiones se pone de manifiesto que el efecto negativo de los eventos dañinos puede ser paliado a través de recursos personales y sociales como: el sentido del control, la autoestima, el nivel de optimismo y la aceptación o capacidad de mirar con otros ojos a la adversidad. Además, el apoyo emocional de la familia, amigos y conocidos.Pequeñas accionesLa ClÃnica Mayo, una entidad estadounidense sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clÃnica, la educación y la investigación, sugiere tener en cuenta las siguientes herramientas.
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